Lectura del Día

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13 de diciembre del 2025

13 sábado
Rojo

Memoria, SANTA LUCÍA, Virgen y Mártir
MR pp. 852 y 891 [889 y 931] / Lecc I p. 385

Muere en Siracusa (Sicilia) en el tiempo de la sangrienta persecución desatada por el emperador Diocleciano (304). Imagen de la luz y patrona de los ciegos, Lucía es venerada en todo el mundo, gracias a los incansables sicilianos.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Señor, que nos ayude la gloriosa intercesión de santa Lucía, virgen y mártir, para que, quienes celebramos su fiesta en la tierra, podamos contemplar su gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

[Elías volverá.]
Del libro del Eclesiástico (Sirácide) 48, 1-4. 9-11
En aquel tiempo surgió Elías, un profeta de fuego; su palabra quemaba como una llama. El hizo caer sobre los israelitas el hambre y con celo los diezmó. En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo, sobre un carro tirado por caballos de fuego. Escrito está de ti que volverás, cargado de amenazas, en el tiempo señalado, para aplacar la cólera antes de que estalle, para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y congregar a las tribus de Israel. Dichosos los que te vieron y murieron gozando de tu amistad; pero más dichosos los que estén vivos cuando vuelvas. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL del salmo 79

R. Ven, Señor, a salvarnos. Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvarnos. R. Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R. Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 3, 4. 6

R. Aleluya, aleluya. Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán al Salvador. R. Aleluya.

EVANGELIO

[Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron.]
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?” Él les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos”. Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN: Según una muy difundida tradición, el gran profeta Elías, en el momento determinado por Dios, habría de volver a preparar convenientemente al pueblo para la venida del Mesías. Pero, llegado el momento, los judíos –en especial sus pretenciosos adversarios– no supieron reconocer su «espíritu» y su «misión» en la persona y en la actividad del Bautista. Mucho menos pudieron hacerlo en la «persona» y en el «mensaje» de Él mismo. Ambos fueron cruelmente sacrificados, pues ninguno de los dos se acoplaba a la idea que de ellos se habían forjado sus contemporáneos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de santa Lucía, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 7, 17

El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada santa Lucía, por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.